Las tentaciones del poderoso
La primera tentación del poderoso es concederse un capricho. Él cree que lo puede, y sus súbditos creen que se lo merece.
La segunda tentación del poderoso es perpetuarse en el poder. Si bien en teoría nadie tiene derecho a un cargo en la organización, en la práctica, el hecho de que uno haya desempeñado un cargo hace que él mismo y los demás crean que tiene un derecho moral a un cargo en la organización. De ahí que sea difícil convencer a quien ha ejercido el poder que retorne a su antigua y oscura ocupación.
Rukara
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