27 enero 2007

LA RELIGIOSIDAD POSTMODERNA

La religiosidad postmoderna es sincretista. Abandonada la visión o cosmovisión religiosa totalizante y coherente, se opta por una mezcla de creencias e “in-creencias” que el individuo elige, teóricamente, en libertad.

La postura postmoderna no es agresiva en lo religioso. Si se es “in-creyente”, se es sosegadamente. No hay fundamento para impositividades ni en un sentido ni en el contrario. Todo vale lo mismo. No hay ideas o valores fuertes que puedan orientar, dinamizar y unificar la existencia... Ni siquiera conviene pararse a hacer planteamientos o preguntas graves. Por eso, cunde un fenómeno de “in-creencia” de dejadez. Sin proponérselo, no pocos se encuentran entibiados en lo religioso y hasta prescinden de las referencias explícitas a Dios en sus expresiones coloquiales.

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20 enero 2007

LA POSTMODERNIDAD

¿Quiénes son los postmodernos?
Son postmodernos quienes cuestionamos los grandes relatos, mitos y dogmas elaborados en los siglos pasados. Viven en la postmodernidad aquellos que absolutizan el presente instantáneo. Para ellos, ni el pasado ni el futuro merecen una mínima atención. Lo que cuenta es el ahora, el aquí y el para mí. Dicho de otra manera, solamente interesa el presente como experiencia y fuente de placer. Lo que preocupa es el bienestar.

Su postura ante la historia
Lo clamoroso es que el vacío de la historia no constituye drama alguno para el postmoderno. Más aun, lo experimenta como un alivio y hasta como una liberación. Ahora puede tomar en serio su realización, su presente, sin sacrificar el momento actual a ningún futuro quimérico.

Su postura ante el sacrificio
No vale la pena, pues, renunciar a nada para alcanzar un futuro inseguro. No hay sueños. En la mochila postmoderna no caben ideales. Carece de sentido cualquier rasgo de generosidad si no lleva consigo una experiencia de placer.

Su postura ante las contradicciones
Las contradicciones no preocupan a los postmodernos. Critican los excesos de la civilización urbana, los agobios de la ciudad, su ambiente contaminante e incómodo. Pero no se mueven de esos ambientes.

06 enero 2007

¿NO HAY MATRIMONIOS ETERNOS?

Algunos pensadores describen nuestro estar como un estado de ánimo crepuscular que hace que vivamos en la permanente melancolía sin pretender la eternidad. En general no está bien visto replantear las grandes cuestiones. No es necesario dar las auténticas razones para vivir o para morir.

Cualquiera puede constatar que en nuestras sociedades predomina la producción de pequeñas series de artículos que son fabricados para que duren muy poco, ya que rápidamente son reemplazados por modelos más avanzados. El ordenador, el móvil, el coche, los productos alimenticios vienen con fecha de caducidad. Incluso viendo la cantidad de parejas que se casan y se divorcian enseguida, podríamos decir que el mismo amor viene con fecha de caducidad. Gana adeptos la idea de que no hay matrimonios eternos.