30 noviembre 2006

El puesto de los antepasados en la Iglesia (fin del estudio)

El puesto de los antepasados en la Iglesia

En 1977 se lamentaba el teólogo Jean Marc Ela del poco papel que jugaba los antepasados en la vida de los cristianos, y lo achacaba al posicionamiento de los misioneros occidentales: “si los antepasados no han tenido hasta el momento un lugar en la vida de los cristianos africanos es porque los misioneros tienden a confundir a los “antepasados” con los “espíritus” y creer en éstos es una de las supersticiones incompatibles con la fe”.

Este teólogo camerunés cree que “si la relación con los antepasados consiste en la creencia de que la comunión profunda establecida entre los miembros de una familia no se rompe con la muerte, sino que se mantiene a pesar y más allá de ella, deberíamos admitir que no hay nada en ello que se oponga a la fe cristiana”. Por eso “no se ha de pensar, especialmente, que la veneración de los santos puede suplir en África la comunión con los antepasados. Sería un modo de desviar a los conversos de una dimensión capital de su cultura. Todo lo que podría hacer creer a los africanos que los santos se ha convertido en sus antepasados y que ellos son, por tanto, los únicos dignos de veneración y oración no sería sino una peligrosa mistificación”. El Instrumentum Laboris del Sínodo de los Obispos africanos (n. 72) estima que un estudio profundo de los antepasados podría llevarnos a una comprensión de la comunión de los santos. Nosotros creemos que el antepasado, en cuanto fundador y protector de la familia, es comparable a la figura del fundador de un Instituto religioso.

22 noviembre 2006

Memoria de los antepasados

Tanto el olvido de los antepasados como la falta de respeto a los ancianos, el quebrantamiento de las tradiciones o la violación de un tabú sexual pueden desencadenar enfermedades o causar la esterilidad de las mujeres, de los animales y de los campos. En el caso de los antepasados, muchas ceremonias son organizadas para recordarlos.

El antepasado es recordado no sólo por su posición de origen, sino sobre todo « par sa position de charnière entre Dieu, d’une part, et d’autre part, l’échelle des valeurs vécues en communauté, c’est dire qu’il est médiateur de bonté et de sagesse, modèle de justice et de liberté, etc. Or, qui dit liberté dit responsabilité » (Boka di Mpasi).

El recuerdo a los antepasados plantea muchos interrogantes a quienes son ajenos a las costumbres negroafricanas. De hecho, los investigadores occidentales que no profundizaron en sus estudios llegaron a confundir el “recuerdo a los antepasados” con el “culto a los antepasados”. Probablemente influenciados por su mentalidad litúrgica-cristiana y por las inevitables dificultades del lenguaje, muchos occidentales no llegaron a captar el sentido de las ceremonias recordatorias de los antepasados. Incluso para los mismos africanos persiste todavía la dificultad de poder traducir correctamente en las lenguas occidentales la ceremonia en la que los antepasados son recordados (guterekera). Tal vez el concepto “memorial” sea lo más parecido al guterekera, porque a través de los múltiples ritos que llevan a cabo, los participantes pretenden revivir con sus antepasados, las distintas situaciones de la vida familiar (nacimiento, matrimonio, muerte, tiempos difíciles, momentos de alegría, etc.). En todos estos momentos, los antepasados se hacen presentes como garantes de la continuidad de la comunión vital. Por eso una tal “relación familiar no puede ser calificada de “culto” en el sentido estricto” (Ela, Kagame). Lo único que pretende la familia, con esta ceremonia, es mantener una comunicación en la que los difuntos, lejos de haber desaparecido, subsisten como elementos integrantes: “el muerto, y de modo indisoluble, la muerte se integran en el sistema de relaciones que un vivo mantiene con la naturaleza, la familia y la sociedad. Por esta razón, la bebida y la comida ofrecidas a los antepasados son símbolos de la continuidad de la familia y del contacto permanente. En la mentalidad del africano, estas ofrendas expresan una actitud que no ha quedado destruida por el paso a lo invisible. Se trata siempre de comportarse con el antepasado como si estuviera vivo” (Ela).
Rukara

18 noviembre 2006

El eurocentrismo y África (carta de un amigo de Yaounde)

"Una familia salió de campo para disfrutar de la primavera. Preparó chorizos para la barbacoa, refrescos y cervezas, patatas fritas y una tarta exquisita. De los tres hijos de la familia, el mayor era varón. El resto chicas. Los padres tendrían cuarenta y seis y cuarenta y cuatro, siendo el marido de mayor edad. El hijo primogénito acababa de cumplir catorce años y sus hermanas tenían once y nueve años respectivamente. Una familia ideal para disfrutar, cada uno libremente, de la belleza de la naturaleza, del gozo que ofrece la vida a estas edades. Al final de la comida, cuando se distribuían la tarta, a la niña pequeña se le cayó un trozo no muy pequeño. La madre prohibió a su hija de recogerlo porque había más y no tenía porque comer comida sucia. A final, la niña seguía pensando en el trozo perdido como si el segundo no tenía el mismo jugo que la primera. Así se agacho para comparar la tarta que tenía y la que había perdido para siempre. Por sorpresa, se encontró que su perdida tarta estaba a punto de terminarse. Las termitas se habían acercado, y cada una se llevaba su parte. Difícilmente, la niña podía saber cuantos trozos se llevaron. Y se enfureció de ver a estos intrusos de modo que llamó a su hermana mayor y a toda la familia para decirles que las termitas se estaban llevando su tarta. La madre le dijo que la tarta ya no era suya y que deje tranquilas a estas termitas. Por supuesto, la madre era militante ecológico. La niña querría matar a estas termitas por robo pero la madre le hizo ver que estaría boba procediendo así. De la familia y su tarta, se puede considerar las cosas más serias que es el eurocentrismo y su relación con África. Por eurocentrismo, se puede comprender este sentimiento que brota de la realidad histórica de que el Europa es el viejo continente, forjador de una cultura universal y predominante actualmente. En relación con África, el eurocentrismo piensa que África se ha quedado atrás, debe adaptarse asimilando la cultura europea: su democracia, su religión, su ateismo, su ciencia, sus cánones de arte y belleza, su lenguaje, etc. Todo esto puede producirse sin contacto físico. Para un eurocentrista, Europa es para europeos. Los africanos que queden en África! Y cuando esta regla es violada por los atrevidos inmigrantes ilegales, es entonces necesario adoptar medidas legales y policiales de integración. La legalización de los inmigrantes se vuelve un acto oficial y solemne por el cual se da derecho a vivir por una temporada en Europa. Se trata de un derecho que se otorga por bondad, igual que la madre ecológica permitió que las termitas se libraran de la ira de su hija pequeña que querría recuperar su trozo de tarta. En esta relación entre el eurocentrismo y África, éste recibe y aparentemente no da nada.¿Hasta cuándo las cosas seguirán así? ¿No sería un error que al eurocentrismo se responda con un afrocentrismo? ¿Por qué los intereses se sitúan por encima del amor? Este sentimiento de tenerlo todo, ¿acaso no esconde una realidad profunda de carecer de todo? ¿Por qué no compartir lo poco que cada uno pueda tener? He compartido con vosotros lo que tenía. Espero que cada uno también comparta con los demás lo mejor de sí mismo.
Kamwenubusa "

16 noviembre 2006

El papel de los antepasados

Uno de los papeles de los antepasados consiste en velar, de manera invisible pero eficaz, por la historia fundante de la familia. A veces envían castigo a los vivos para recordarles su deber de respetar las tradiciones. Otras veces les envían premios para agradecerles su fidelidad. De una forma o de otra, se mantienen en contacto permanente con la tradición de su familia.

Los antepasados cumplen fielmente la función de intermediarios entre Dios y los seres humanos. Su recurso a Dios es mucho más eficaz que el de los vivos, porque están más cerca de él, según el principio de la corriente vital (el orden es el siguiente: Dios-los antepasados-las personas vivas-los animales-las plantas-los minerales. Cfr. Placide Tempels, La philosophie bantoue (Présence Africaine, Paris 1949) 36).

Los antepasados intervienen eficazmente en los asuntos familiares y avisan a los suyos cuando acecha algún peligro. Están presentes en las deliberaciones familiares ante los distintos acontecimientos de la vida: el nacimiento, el matrimonio, la muerte, las epidemias, los litigios familiares, los conflictos sociales, la siembra, la cosecha, etc.
Rukara

09 noviembre 2006

Condiciones para adquirir la categoría de antepasado

El antepasado por excelencia es el fundador de la familia (o según qué términos se use, del pueblo, del clan o de la tribu). Se llama, en la lengua kinyaruanda, “umukuru mu bakurambere” (el antepasado por excelencia).

No todos los muertos adquieren la categoría de antepasado. Es necesario haber transmitido la vida a lo largo de sus días terrestres y haberla defendido con responsabilidad. Uno de los expertos en el tema, el mozambiqueño Guembe, nos enumera los tres elementos imprescindibles para ser antepasado: el antepasado es:

a) quelqu’un qui, durant son existence parmi les vivants, a encouragé la vie, l’a fait circuler en abondance, et non pas seulement quelqu’un qui a bien préservé la vie reçue. Une personne qui meurt sans avoir laissé de progéniture, ne peut pas être ancêtre ;
b) quelqu’un qui a observé les traditions de ses ancêtres. Peut seulement être ancêtre celui qui durant sa vie a favorisé l’union et la communion au sein de la société, au sein de la famille ;
c) celui qui « meurt bien » après avoir bien vécu.

En sus estudios, Mpongo detalla más elementos que han de tenerse en cuenta a la hora de otorgar el título de antepasado: una edad avanzada, una progenitura, un comportamiento ético acorde a los principios de la familia a la que se pertenece, haber gozado de una digna ceremonia de los funerales, haber tenido una muerte natural pacífica llamada dulce sueño y profundo, etc.

Los muertos que no son antepasados se convierten en espíritus, en los “sinvida” (abazimu). Algunos de estos muertos suelen reclamar violentamente ser tenidos en cuenta (provocando todo tipo de maldades). Aún así, al no tener posibilidad alguna de mantener las relaciones personales y humanizantes en la familia, pasan a un estado de despersonalización, de anonimato o “pervivencia” colectiva, dejando de ser miembros formales de las familias humanas.
Rukara

02 noviembre 2006

Los antepasados

Existe, en los pueblos bantús, una creencia generalizada: que algunos muertos siguen viviendo de alguna manera en medio de los vivos, bajo la categoría de los antepasados. Se podría decir que estos muertos condicionan la vida entera del pueblo bantú, pues, por su concepción de la unión vital, los bantús saben que viven en absoluta dependencia de sus antepasados. Su vida es una participación y prolongación de la vida de sus progenitores, estén entre los vivos o en la comunidad de los muertos. Así, pues, los antepasados garantizan la cohesión y la vitalidad de la familia. Ofrecen el beneplácito, la protección y la fuerza vital. Gran parte de las prácticas religiosas consiste en adivinar y conocer su voluntad en relación con los humanos.

Rukara