30 diciembre 2006


21 diciembre 2006


20 diciembre 2006

¿Cómo seguir siendo humano si Dios ya no está entre los humanos?


Ahora que viven los que no temen morir, ahora que mueren los quieren vivir, la certeza de que mi vida depende de los caprichos de un ser semejante a mí no hace más que aumentar mi desesperación. Ya soy consciente de que un ser humano tiene que cumplir unas condiciones draconianas para no ser borrado, sin apelación posible. No basta tener rostro humano para pertenecer de pleno derecho a la humanidad; se nos exige vivir además conforme a una tradición decidida y dictada por los poderosos de la tierra.

Encadenado Dios en el círculo mercantil, expulsada la razón del ámbito de la influencia vital, si quedan motivos para vivir, ni son religiosos, ni son razonables. En el fondo, la existencia de Dios depende de su utilidad en los asuntos humanos. Si Dios no es políticamente correcto, si Dios no es útil y obediente, es, ipso facto, eliminado. Lo mismo cabe decir de la razón. En el campo intelectual, el predominio de los prejuicios sobre los juicios se cotiza al alza. Si la revolución francesa encadenó a Dios en la sacristía para coronar la razón en la plaza pública, la civilización actual no duda de incluir a Dios y a la razón en el eje del mal, sentenciándolos a muerte por inhalación. Pero éste es el drama del ser humano civilizado, que se siente capaz de ponerse en el triángulo del omnipotente y trazar las medidas adecuadas para ser persona.
Es verdad. Los nuevos creyentes no acaban de superar la tentación de poner a Dios a su servicio. El creyente ya no sirve a Dios: es Dios quien sirve los intereses de los humanos. En los círculos religiosos, puede volverse a pronunciar –distraída o serenamente- el nombre de Dios, sin referirse realmente a él. Entonces, solamente Dios forma parte del repertorio de los chistes de mal gusto, o es entendido como una metáfora colgada del aire, en las conversaciones de las tertulias o sobre el sofá del psiquiatra.
Las consecuencias de esta perversión religiosa no se han hecho esperar. En la medida en que el lenguaje del creyente se reduce a la sola idea, se rechaza completamente el lenguaje práctico y la actitud de vida, y Dios entra forzado al mercado de las ideologías. Dios se somete involuntariamente a las leyes del mercado, se convierte en objeto de consumo que necesita propaganda, y a menudo es un objeto de usar y tirar. Lógicamente, si el ser humano se atreve a usar y tirar a su creador, el camino de su perdición está claramente trazado.
Paradójicamente, siguen existiendo conflictos y guerras civiles que tienen fundamento religioso. Como no hacemos a Dios preguntas aclaratorias, las decepciones y las frustraciones se cargan sobre los otros, sobre personas que no pertenecen a nuestro credo. Por desgracia, ya nadie pregunta a Dios sobre qué hacer y cómo hacerlo. ¡Ni siquiera los poetas que antaño preguntaban al viento! La absurdez de las preguntas imposibles de contestar hace inviable cualquier pregunta. Vivir sin preguntas es, en el fondo, morir sin saber porqué. Así, codificado el lenguaje de los que sufren injustamente en términos mercantiles, las razones para vivir son sencillamente motivos más que suficientes para morir. Para los desesperados, no hay barrera entre lo que llamamos vivir y lo que llamamos morir: para una gran parte de la humanidad, vivir es morir, o lo que es lo mismo, morir es para vivir. Tomar conciencia de esta situación puede implicar inmolarse con la esperanza de que los quedan vivan mejor. Tal vez esta sea la moral de los héroes modernos.
Si el hablar de Dios o de la razón no es la promesa de una gran justicia, al menos para los sufrimientos actuales, es un hablar vacío y carente de sentido. Mientras nuestras miradas se dirijan primero a los pecados de los demás, no veremos sus sufrimientos. Seguiremos dando vueltas a lo mismo sin acertar en las respuestas. Falsificado el diagnóstico, el tratamiento no sólo es inviable, sino que puede acelerar la muerte.
Nuestro universo ha perdido sus rasgos divinos. Nuestra sociedad ya no tiene un centro sagrado. Sus principios y fundamentos ya no son un sistema de creencias, valores y normas que estén a salvo de toda crítica por definición. Ya no se pone a Dios ni a la razón como garantes de las leyes y del derecho. Por eso la crisis de las razones últimas supone, indudablemente, un caos de posibles. Es más que probable que el derrumbamiento de la razón sea la causa inmediata de la guerra que viene. O lo que es lo mismo: la guerra que viene no tiene nada que ver con los auténticos principios religiosos y racionales. Y como dijo alguien, el mal está hecho: cunde el pánico.
A PESAR DE TODO, ¡FELIZ NAVIDAD!

16 diciembre 2006

EN NOMBRE DEL RECIÉN LLEGADO A KARIBU


Tiene un nombre común pero es desconocida como la mayoría de los inmigrantes africanos que hablan y escriben en español gracias a sus clases en el centro de Karibu.

Sin más títulos pedagógicos que su noble corazón y su convicción de que la integración social pasa por manejarse bien en el idioma de lugar, esta gallega (morena, fácilmente confundible con una mujer árabe) ha logrado que centenares de jóvenes africanos que llegan a Madrid sin saber leer ni escribir en ninguna lengua, logren desplazarse en los grandes pasillos del Metro sin perderse en sus combinaciones de líneas, y sobre todo, sin depender de la generosidad de los viajantes que, a veces por sus prisas, orientan mal a los forasteros.

Esta voluntaria, adorada por todos los chicos que hemos pasado por sus clases, puede presumir que conoce los rincones de África sin haber cruzado la frontera del Sur de España. Sabe escuchar a los que llegan; los domingos visitan los museos madrileños con los recién llegados; ¡incluso sabe vestirse de africana! Ella cree que la historia personal de cada inmigrante es una historia de oro. Nosotros creemos que vive así nuestras historias porque tiene un gran corazón, como tantos voluntarios curtidos en Cruz Roja y que reparten su generosidad en el mundo entero. Porque, creedme, una historia de oro es como una onda radiofónica de un buen programa: nos descubre, día tras día, que un corazón generoso es el mejor patrimonio de la humanidad. Y Pilar, así se llama nuestra querida profesora, ha conseguido ser el patrimonio de los africanos que vivimos en Madrid.

10 diciembre 2006

JOSEP BORRELL (entrevista en El País:10.12.2006)

""P. Uno de los grandes efectos de la globalización es el aumento de los flujos migratorios. Europa tiene su política estancada y acaba de presentar una política común ante África.

R. En principio, la tenemos: somos los que más hacemos por el desarrollo de África.

P. Sí. Pero con las subvenciones agrícolas europeas y estadounidenses impiden a los países africanos que exporten y levanten cabeza.

R. Las subvenciones norteamericanas son mucho mayores que las nuestras. Malí está destruido no por los europeos, sino por los presuntos liberales americanos. Creo que el problema se exagera.

P. ¿Dónde están los problemas, entonces?

R. El problema de África debería ser nuestra gran prioridad; pero a la inmigración nos acercamos los europeos y los africanos con mentalidades radicalmente diferentes: nosotros vemos la inmigración en términos policiales, el control de fronteras, de dumping social; y ellos lo ven como una tradición. En Malí, la gente cotiza para mandar al más capaz de todos ellos, y cuando está en el país de destino, envía recursos que permiten vivir a mucha gente; y si no consigue pasar la barrera policial de llegar a Europa no puede volver a su pueblo, porque se le considera un fracasado. Son lenguajes radicalmente distintos. El resultado es la inmigración ilegal basada en una oferta de trabajo ilegal: no habría inmigrantes ilegales si no hubiese trabajo ilegal. Europa es profundamente hipócrita porque, por una parte, lamenta la existencia de inmigrantes ilegales, y por otra parte, el efecto llamada no es la regularización; es decir, que la llamada es una oferta de trabajo ilegal. En Finlandia no hay inmigrantes ilegales, pero a nadie se le ocurre darle trabajo ilegal a un inmigrante, por eso no los hay. Estos lenguajes, que están en las antípodas uno del otro, se salvan a través del desarrollo de las mafias de tráfico de seres humanos que están obteniendo ya más dinero que con el tráfico de drogas. En Europa no hemos sido capaces de actuar de forma coherente frente al fenómeno de la apertura de las fronteras internas y trasladarlo a una política exterior en materia de inmigración.""

04 diciembre 2006

SIDA: EL LENGUAJE DE LAS CIFRAS

Muertes en 2002
· África subsahariana: 2.400.000
· Sur y sudeste Asiático: 440.000
· América Latina y el Caribe: 102.000
· Este de Asia y el Pacífico: 45.000
· África del Norte y Medio Oriente: 37.000
· Este de Europa y Asia central: 25.000
· América del Norte: 15.000
· Europa occidental: 8.000
· Australia y Nueva Zelanda: Menos de 100
Infectados en 2002
· África subsahariana: 3.500.000
· Sur y sudeste Asiático: 700.000
· Este de Asia y el Pacífico: 270.000
· Este de Europa y Asia central: 250.000
· América Latina y el Caribe: 210.000
· África del Norte y Medio Oriente: 83.000
· América del Norte: 45.000
· Europa occidental: 30.000
· Australia y Nueva Zelanda: 500
Total de Infectados
· África subsahariana: 29.400.000
· Sur y sudeste Asiático: 6.000.000
· América Latina y el Caribe: 1.940.000
· Este de Asia y el Pacífico: 1.200.000
· África del Norte y Medio Oriente: 550.000
· Este de Europa y Asia central: 1.200.000
· América del Norte: 980.000
· Europa occidental: 570.000
· Australia y Nueva Zelanda: 15.000

01 diciembre 2006

SIDA: SE DIJO, SE SABE PERO NO SE PREDIJO

Se dijo que esta enfermedad, como casi todos los males de la humanidad, venía de África Central, de algunas personas que comieron la carne de un mono infectado.

Se dijo que la enfermedad era consecuencia de la promiscuidad sexual, o sea, del pecado de la carne.

Se sabe que en los países musulmanes hay menos casos de Sida, o tal vez se registra menos los enfermos de esta epidemia mundial.

Se sabe que las industrias farmacéuticas se están enriqueciendo a costa de los enfermos, que cuantos más enfermos haya, más beneficios económicos para los nuevos salvadores de la humanidad.

Se sabe que no hay vacuna en este momento, o más bien que no interesa que la haya.
Se sabe que África del Sur, cuando inició sus investigaciones clínicas sobre esta enfermedad, las empresas occidentales protestaron y el mismismo Chirac hizo un viaje de estado para salvar los negocios de sus compatriotas.

Se sabe que los señores de las guerras en África utilizan guerrilleros infectados por el Sida, a los que animan a violar a las mujeres, sobre todo si éstas pertenecen a una etnia o tribu diferente.

Se dijo, se sabe, pero no se predijo la globalización del Sida. El mercado de la inmigración es la próxima vía de escape del Sida hacia zonas supuestamente protegidas.